Con la tecnología de Blogger.

lunes, 9 de enero de 2017

México: Tryno Maldonado habla de su identificación con el anarquismo, Ayotzinapa, literatura y otros temas


Cultura Fetén


La noche del 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa -escuela de magisterio de arraigado compromiso político- fueron desaparecidos por agentes del Estado mexicano en la ciudad de Iguala, mientras circulaban en buses “expropiados” por ellos mismos con el objeto de viajar a la Ciudad de México para participar en una manifestación en conmemoración de la matanza de Tlatelolco (1968).

Han pasado más de dos años desde aquella noche fatídica y los 43 de Iguala siguen en paradero desconocido, mientras sus compañeros y familiares no cesan en su búsqueda de justicia y verdad, ante un Estado que mantiene una actitud obstruccionista y encubridora.

Uno de los libros más destacados sobre el caso ha sido escrito por Cultura Fetén

La noche del 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa -escuela de magisterio de arraigado compromiso político- fueron desaparecidos por agentes del Estado mexicano en la ciudad de Iguala, mientras circulaban en buses “expropiados” por ellos mismos con el objeto de viajar a la Ciudad de México para participar en una manifestación en conmemoración de la matanza de Tlatelolco (1968).

Han pasado más de dos años desde aquella noche fatídica y los 43 de Iguala siguen en paradero desconocido, mientras sus compañeros y familiares no cesan en su búsqueda de justicia y verdad, ante un Estado que mantiene una actitud obstruccionista y encubridora.

Uno de los libros más destacados sobre el caso ha sido escrito por Tryno Maldonado. A los pocos días de los sucesos de Iguala, este escritor zacatecano se trasladó a Ayotzinapa donde colaboró y convivió durante meses con los familiares y compañeros de los desaparecidos. Fruto de esa experiencia, nació el libro “Ayotzinapa. El rostro de los desaparecidos”, una crónica en la que conjugan perfiles de los normalistas desaparecidos y sus familiares con una relato de lo ocurrido esa noche, contado a partir del testimonio de los supervivientes.

Conversamos con Tryno Maldonado sobre el caso Ayotzinapa, la génesis de su libro, la relación política-literatura o la construcción de memoria histórica, entre otros temas.

- ¿Cómo fue el momento en que decidiste dejarlo todo para irte a Ayotzinapa “con sólo una mochila al hombro, una libreta y un cambio de ropa”, como dices en el prólogo del libro? ¿Qué pasaba por tu cabeza, qué te impulsó a tomar esa decisión?

Los eventos ocurridos durante la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala fueron saliendo a la luz lentamente. Conforme la sociedad mexicana se fue enterando del terror y la violencia a la que fue sometido un grupo de estudiantes, la indignación y la rabia fue creciendo hasta niveles que hacía mucho no se veían en México. La sociedad salió a tomar las calles para exigir no sólo verdad y justicia para ese grupo de muchachos, sino la renuncia del principal representante del Estado mexicano: Enrique Peña Nieto. Vivimos un momento de contingencia nacional y, como tal, había que reaccionar con las herramientas y los mecanismos que tuviéramos a mano para generar sobrepesos. Llegó un momento en que escribir columnas, escribir tuits y asistir a marchas para mí ya no era suficiente; había que dar un paso más: decidí acercarme a las víctimas, ofrecer mis servicios a la Normal de Ayotzinapa y ofrecerme como vehículo para hacer públicos los testimonios e historias de las familias de los muchachos desaparecidos. Ofrecerme también para darles a los sobrevivientes las herramientas para contar sus historias a través de un taller. Fue mi primer reflejo. Sin embargo, terminé siendo de más utilidad barriendo la cancha de la escuela, cargando víveres, limpiando baños o ayudando en la cocina del campamento. Ahora pienso que la comunidad y la confianza mutuas se forja en realidad en esas labores cotidianas.

Hay que recordar que el Estado mexicano promovió una supuesta “versión histórica” falsa e ignominiosa. Desmentir esa verdad de Estado a través de lo que creo sé hacer un poco mejor –escribir y enseñar a escribir–, fue la forma en que podía aportar algo a la lucha. Y no sólo eso: poco a poco me integré como un miembro más del movimiento de familiares y sobrevivientes de Ayotzinapa en labores cotidianas en la normal, en labores de brigadeo, actividades y marchas. El vínculo se estrechó y hasta la fecha considero a muchas de esas personas como parte de mi familia extendida.

- En el libro afirmas que “lo que encontré en Ayotzinapa fue la mayor lección de vida que he recibido”, ¿qué fue lo que más te impactó? ¿qué aprendiste, en qué te cambiaron los meses que pasaste en Ayotzinapa junto a los compañeros y los familiares de los normalistas desaparecidos?

El gobierno mexicano suele golpear a los más pobres, a los más vulnerables. Se ensaña con ellos. En torno a la comunidad de Ayotzinapa se congregan campesinos cuya única esperanza de una vida más digna es a través de la Normal Rural. Es un gran referente para la comunidad. Encontré en estas familias lo que considero, quizá junto a las comunidades zapatistas, una de las reservas morales más grandes de México. Desde el primer día de ellos y de ellas recibí la generosidad de esos valores que las políticas neoliberales pretenden erradicar de la sociedad, como la comunalidad y la solidaridad. Quizá lo que más me impactó fue no sólo la fuerza y la valentía de esta gente para confrontar al poder de un gobierno coludido con la delincuencia organizada, sino, además, su gran calidad moral, su honestidad transparente y su dignidad incorruptible. Esa simiente que representó su ejemplo dejó en mí una huella profunda. Un parteaguas capital a nivel personal. En más de un sentido me considero, en efecto, una persona diferente a partir de esos meses de movimiento

- Para escribir el libro “Ayotzinapa. El rostro de los desaparecidos” recogiste decenas de testimonios de familiares y compañeros de los 43, ¿cómo viviste tú, cómo vivieron ellos, el proceso tan duro y doloroso que es hablar de un familiar desaparecido, de un compañero desaparecido, de lo que pasó aquella noche…?

A pesar de que mi presencia en Ayotzinapa no tenía como finalidad escribir un libro, al inicio muchas de las madres, hermanas, padres y compañeros de los muchachos desaparecidos evitaban el momento de sentarse conmigo a hablar para que escribiera sus testimonios. Lo hacíamos en los descansos de las actividades o de las marchas, en los dormitorios, después de asistir al comedor, o en sus casas a lo largo de cuatro meses. Con algunos de los sobrevivientes incluso me reunía en grupos en el auditorio de la normal: la experiencia de los relatos colectivos te desarmaba. Casi sin variedad eran actos catárticos. Y a mí me tocaba cada vez volverme una especie de contención emocional, lo que no era en absoluto sencillo. Terminé pagando las consecuencias emocionales y los estragos físicos con los meses. Revivir lo que vivieron la noche del 26 de septiembre representaba en cada nueva ocasión abrir la herida. Una herida muy profunda e imposible de cerrar hasta la fecha: la de una desaparición forzada, una pesadilla característica de las dictaduras del que sus víctimas no logran ver fin.

No obstante, si ellos no se sentían listos para hablar, jamás forzamos nada, sino hasta que ellos me llamaban. A diferencia de muchos periodistas enviados a sacar la nota inmediata, yo convivía diariamente con las familias y estudiantes. Así que nuestro proceso para verter sus testimonios fue bastante distinto: ocurrió de manera muy lenta y paulatina y se basó completamente en la confianza. Eran ellos los que me decían cuándo se sentían listos para hablar. Traté de serle fiel a esa confianza en todo momento y quiero pensar que el libro resultante de esos meses de convivencia es digno de ese espíritu, de ese vínculo.

- ¿Qué opinas de la reciente hipótesis planteada por la periodista Anabel Hernández en su libro, quién afirma que el principal responsable de las desapariciones fue el Ejército, que habría intervenido con el fin de recuperar sendos cargamentos de heroína que el narco transportaba escondidos en los autobuses que los normalistas habían expropiado para ir a la CDMX y que los habrían desaparecido para que no quedaran testigos de la recuperación de la droga? ¿Este hecho evidenciaría aún más la complicidad entre el narco, el poder político y las fuerzas militares y de seguridad? ¿México a día de hoy es un narcoestado?

México está secuestrado por un grupo criminal. El Cártel de los Partidos Políticos. Delincuencia organizada. Narco. Partidos políticos. Son la misma cosa. El caso Ayotzinapa sólo vino a evidenciar el alto grado de simbiosis que existe entre las instituciones y el narcotráfico. Hay evidencia suficiente de que todos los niveles de policía (municipal, estatal y federal), así como el Ejército mexicano, actuaron en los distintos momentos de la noche de Iguala. Mi libro, sin embargo, a diferencia del documento que citas, sostiene la misma hipótesis del GIEI de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: el cargamento de droga posiblemente iba en el quinto autobús, un Estrella Roja que catorce muchachos tomaron por mero azar, y que no sólo no se incluyó en la supuesta “verdad histórica” de la Procuraduría General de la República, sino que desapareció físicamente y fue suplantado por otro al momento en que los expertos del GIEI hacían su investigación. Tanto ellos, los miembros del GIEI, como yo, levantamos testimonios en los mismos meses en Ayotzinapa y en Iguala. Quizá por eso las versiones encajan y son tan similares. Pero en esencia prevalece una hipótesis confirmada cada vez más: el Ejército mexicano y las policías actuaron esa noche con violencia bárbara para emboscar a los estudiantes y proteger los intereses del crimen organizado.

- Durante tus meses en la Normal entablaste vínculo y un compromiso muy fuerte con los familiares y los compañeros de los 43 estudiantes desaparecidos que mantienes hasta el día de hoy: ¿cómo se sienten a dos años de las desapariciones?  ¿cómo afrontan su lucha y su búsqueda de verdad y justicia ante un Estado que no deja de poner obstáculos; por ejemplo, no dejando investigar en la base militar desde la que, como cuentas en tu libro, se envió la última señal de geolocalización del teléfono de uno de los desaparecidos?

Muchos de los hijos, las madres, los padres y hermanos de los 43 desaparecidos son ya parte de mi familia. Las familias de Ayotzinapa jamás eligieron este tipo de vida. El gobierno mexicano les robó sus vidas. Ya no pueden tener otro tipo de vida que no sea la búsqueda de sus hijos a costa de todo: han perdido sus tierras, su ganado, sus cosechas, su salud en estos dos años. Me parece que no hay un instrumento de terrorismo de Estado más cruel y más duradero que el de la desaparición forzada, una especie de cáncer en el tejido social que es imposible de sanar. Las puertas de las instituciones y los cuarteles están cerradas a cal y canto en todo lo que tenga que ver con el caso Ayotzinapa. La iniciativa de reforma para volver legales las labores policiales del Ejército, así como la creación de una Fiscalía General a modo para Raúl Cervantes, cercano de Peña Nieto, demuestran el miedo del gobierno mexicano a que la verdad sobre Ayotzinapa sea conocida.

Las familias se han topado con una pared de cinismo y corrupción ignominiosas. Sus ánimos y su salud están mermados; y, sin embargo, no deja de sorprender que cada mañana saquen fuerzas renovadas para salir por todo el país a darnos un ejemplo de lucha y de dignidad. La prueba de su tesón y de su incorruptibilidad es que seguimos aquí, hoy, hablando de Ayotzinapa a más de 27 meses.

- ¿Cómo entiendes la relación entre literatura y compromiso político? ¿Sientes que a lo largo de tu obra ha habido una evolución en la manera concebir la relación entre política y literatura?

No hay literatura que no sea política. Incluso la que finge desmarcarse a nivel anecdótico de todo tema social: novelas “solipsistas” o sobre “el vacío” y “la nada” y “la imposibilidad de escribir”… Los autores de mi generación que se asumen como “apolíticos” no pueden jugar ya a ser inocentes ni a refugiarse en el cinismo y el sarcasmo frente al panorama que transita México; tampoco pueden pedir no ser juzgados por la crítica como comparsa de este gobierno y sus instituciones podridas al momento en que deciden participar de sus políticas culturales o simplemente guardar silencio. México atraviesa un momento crítico en que es necesario tomar posturas claras y no andarse con medias tintas.

Me gusta pensar en mi obra como un archipiélago en constante proceso de construcción. Mi primera novela, en efecto, es una novela con un tema “político”. Lo mismo Teoría de las catástrofes, cuyo contexto es el movimiento popular del 2006 en Oaxaca para destituir a un gobierno criminal encabezado por el PRI. Supongo que autores mexicanos como los antologados en el libro oficial del gobierno México 20 tienen vidas privadas interesantísimas; yo no: yo prefiero hablar sobre mi comunidad, sobre los abusos que enfrenta ante la violencia de un Estado criminal. Ésa es la tónica de la mayoría de mis libros. Por lo tanto, trato de actuar en mi vida cotidiana en consecuencia.

- Te has definido como anarquista y has escrito también sobre ello, ¿cómo llegaste a esa convicción? ¿Qué significa para ti el anarquismo?

Todo pensamiento libertario, en esencia, implica la oposición a todo régimen basado en la autoridad. La Colonia. El Patriarcado. El Estado. Son conceptos que engloban ese sistema de autoridad que ha sometido y marginado a millones de personas durante siglos. Mujeres. Indígenas. Pobres. LGTB+. Etcétera. Incluso, el supuesto sistema democrático al que transitó México en el 2000 después de décadas de la dictadura perfecta del PRI ha demostrado ser fallido: el país ha quedado secuestrado por un sistema partidocrático amafiado. Las urnas son ya también inútiles. El pensamiento libertario incita a organizarse desde abajo, fuera de esas instituciones, y a luchar. Mi experiencia en Ayotzinapa reafirmó muchas de esas convicciones, pues pudimos llevar muchas de esas ideas a la práctica.

Siento que tu libro está próximo al trabajo que realiza la nobel bielorrusa Svetlana Alexiévich, ¿consideras que narrar la historia desde la perspectiva y la experiencia personal de sus testigos y protagonistas permite al público crear una conexión más fuerte y emotiva con esos acontecimientos y, en consecuencia, una memoria histórica más sólida? ¿cómo construir memoria histórica desde la literatura y el arte en general?

Leí a Alexiévich durante el proceso de escritura de mi libro. Te mentiría si dijera que la conocía desde antes, pues escaseaban sus traducciones. Tenía más en mente libros como A sangre fría de Capote o perfiles y crónicas de Gay Talese y del nuevo periodismo latinoamericano, con el que me siento muy cercano. Sin embargo, poco a poco me fui dando cuenta de que la forma en que trabaja Alexiévich es, en términos empíricos, bastante similar a lo que hice para el mío: su trabajo está basado cien por ciento en la empatía, está basado en la confianza con sus interlocutores. No puedes concebir esos testimonios estremecedores de las víctimas de Chernóbil sin todo el proceso de empatía y de vínculos afectivos que hay detrás para que te los brinden. Son meses, años de sentarte a compartir la mesa con las víctimas, ponerte en su lugar, asumir ese dolor también como tu dolor. Y, sólo entonces, después de meses de haberlo vivido y padecido, sentarte por fin a escribir. No es una exageración cuando digo que, a dos años de su desaparición, siento un gran vacío, siento todos los días la pérdida de los hijos de mis amigos. Muchas veces, desde que me mudé a Ayotzinapa, sueño con ellos.

Pero tampoco soy ingenuo. Sé que la literatura no cambiará al mundo. Sin embargo, este tipo de testimonios y de trabajo codo a codo con las víctimas del poder y de su violencia, creo volverá un poco más empáticos a los lectores. Quién sabe. Quizá este tipo de ejercicios logre hacer actuar a la gente para realizar acciones que modifiquen finalmente al país. Para bien.

[Tomado de https://culturafeten.com/2017/01/08/tryno-maldonado-no-hay-un-instrumento-de-terrorismo-de-estado-mas-cruel-y-mas-duradero-que-la-desaparicion-forzada.]

. A los pocos días de los sucesos de Iguala, este escritor zacatecano se trasladó a Ayotzinapa donde colaboró y convivió durante meses con los familiares y compañeros de los desaparecidos. Fruto de esa experiencia, nació el libro “Ayotzinapa. El rostro de los desaparecidos”, una crónica en la que conjugan perfiles de los normalistas desaparecidos y sus familiares con una relato de lo ocurrido esa noche, contado a partir del testimonio de los supervivientes.

Conversamos con Tryno Maldonado sobre el caso Ayotzinapa, la génesis de su libro, la relación política-literatura o la construcción de memoria histórica, entre otros temas.

- ¿Cómo fue el momento en que decidiste dejarlo todo para irte a Ayotzinapa “con sólo una mochila al hombro, una libreta y un cambio de ropa”, como dices en el prólogo del libro? ¿Qué pasaba por tu cabeza, qué te impulsó a tomar esa decisión?

Los eventos ocurridos durante la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala fueron saliendo a la luz lentamente. Conforme la sociedad mexicana se fue enterando del terror y la violencia a la que fue sometido un grupo de estudiantes, la indignación y la rabia fue creciendo hasta niveles que hacía mucho no se veían en México. La sociedad salió a tomar las calles para exigir no sólo verdad y justicia para ese grupo de muchachos, sino la renuncia del principal representante del Estado mexicano: Enrique Peña Nieto. Vivimos un momento de contingencia nacional y, como tal, había que reaccionar con las herramientas y los mecanismos que tuviéramos a mano para generar sobrepesos. Llegó un momento en que escribir columnas, escribir tuits y asistir a marchas para mí ya no era suficiente; había que dar un paso más: decidí acercarme a las víctimas, ofrecer mis servicios a la Normal de Ayotzinapa y ofrecerme como vehículo para hacer públicos los testimonios e historias de las familias de los muchachos desaparecidos. Ofrecerme también para darles a los sobrevivientes las herramientas para contar sus historias a través de un taller. Fue mi primer reflejo. Sin embargo, terminé siendo de más utilidad barriendo la cancha de la escuela, cargando víveres, limpiando baños o ayudando en la cocina del campamento. Ahora pienso que la comunidad y la confianza mutuas se forja en realidad en esas labores cotidianas.

Hay que recordar que el Estado mexicano promovió una supuesta “versión histórica” falsa e ignominiosa. Desmentir esa verdad de Estado a través de lo que creo sé hacer un poco mejor –escribir y enseñar a escribir–, fue la forma en que podía aportar algo a la lucha. Y no sólo eso: poco a poco me integré como un miembro más del movimiento de familiares y sobrevivientes de Ayotzinapa en labores cotidianas en la normal, en labores de brigadeo, actividades y marchas. El vínculo se estrechó y hasta la fecha considero a muchas de esas personas como parte de mi familia extendida.

- En el libro afirmas que “lo que encontré en Ayotzinapa fue la mayor lección de vida que he recibido”, ¿qué fue lo que más te impactó? ¿qué aprendiste, en qué te cambiaron los meses que pasaste en Ayotzinapa junto a los compañeros y los familiares de los normalistas desaparecidos?

El gobierno mexicano suele golpear a los más pobres, a los más vulnerables. Se ensaña con ellos. En torno a la comunidad de Ayotzinapa se congregan campesinos cuya única esperanza de una vida más digna es a través de la Normal Rural. Es un gran referente para la comunidad. Encontré en estas familias lo que considero, quizá junto a las comunidades zapatistas, una de las reservas morales más grandes de México. Desde el primer día de ellos y de ellas recibí la generosidad de esos valores que las políticas neoliberales pretenden erradicar de la sociedad, como la comunalidad y la solidaridad. Quizá lo que más me impactó fue no sólo la fuerza y la valentía de esta gente para confrontar al poder de un gobierno coludido con la delincuencia organizada, sino, además, su gran calidad moral, su honestidad transparente y su dignidad incorruptible. Esa simiente que representó su ejemplo dejó en mí una huella profunda. Un parteaguas capital a nivel personal. En más de un sentido me considero, en efecto, una persona diferente a partir de esos meses de movimiento

- Para escribir el libro “Ayotzinapa. El rostro de los desaparecidos” recogiste decenas de testimonios de familiares y compañeros de los 43, ¿cómo viviste tú, cómo vivieron ellos, el proceso tan duro y doloroso que es hablar de un familiar desaparecido, de un compañero desaparecido, de lo que pasó aquella noche…?

A pesar de que mi presencia en Ayotzinapa no tenía como finalidad escribir un libro, al inicio muchas de las madres, hermanas, padres y compañeros de los muchachos desaparecidos evitaban el momento de sentarse conmigo a hablar para que escribiera sus testimonios. Lo hacíamos en los descansos de las actividades o de las marchas, en los dormitorios, después de asistir al comedor, o en sus casas a lo largo de cuatro meses. Con algunos de los sobrevivientes incluso me reunía en grupos en el auditorio de la normal: la experiencia de los relatos colectivos te desarmaba. Casi sin variedad eran actos catárticos. Y a mí me tocaba cada vez volverme una especie de contención emocional, lo que no era en absoluto sencillo. Terminé pagando las consecuencias emocionales y los estragos físicos con los meses. Revivir lo que vivieron la noche del 26 de septiembre representaba en cada nueva ocasión abrir la herida. Una herida muy profunda e imposible de cerrar hasta la fecha: la de una desaparición forzada, una pesadilla característica de las dictaduras del que sus víctimas no logran ver fin.

No obstante, si ellos no se sentían listos para hablar, jamás forzamos nada, sino hasta que ellos me llamaban. A diferencia de muchos periodistas enviados a sacar la nota inmediata, yo convivía diariamente con las familias y estudiantes. Así que nuestro proceso para verter sus testimonios fue bastante distinto: ocurrió de manera muy lenta y paulatina y se basó completamente en la confianza. Eran ellos los que me decían cuándo se sentían listos para hablar. Traté de serle fiel a esa confianza en todo momento y quiero pensar que el libro resultante de esos meses de convivencia es digno de ese espíritu, de ese vínculo.

- ¿Qué opinas de la reciente hipótesis planteada por la periodista Anabel Hernández en su libro, quién afirma que el principal responsable de las desapariciones fue el Ejército, que habría intervenido con el fin de recuperar sendos cargamentos de heroína que el narco transportaba escondidos en los autobuses que los normalistas habían expropiado para ir a la CDMX y que los habrían desaparecido para que no quedaran testigos de la recuperación de la droga? ¿Este hecho evidenciaría aún más la complicidad entre el narco, el poder político y las fuerzas militares y de seguridad? ¿México a día de hoy es un narcoestado?

México está secuestrado por un grupo criminal. El Cártel de los Partidos Políticos. Delincuencia organizada. Narco. Partidos políticos. Son la misma cosa. El caso Ayotzinapa sólo vino a evidenciar el alto grado de simbiosis que existe entre las instituciones y el narcotráfico. Hay evidencia suficiente de que todos los niveles de policía (municipal, estatal y federal), así como el Ejército mexicano, actuaron en los distintos momentos de la noche de Iguala. Mi libro, sin embargo, a diferencia del documento que citas, sostiene la misma hipótesis del GIEI de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: el cargamento de droga posiblemente iba en el quinto autobús, un Estrella Roja que catorce muchachos tomaron por mero azar, y que no sólo no se incluyó en la supuesta “verdad histórica” de la Procuraduría General de la República, sino que desapareció físicamente y fue suplantado por otro al momento en que los expertos del GIEI hacían su investigación. Tanto ellos, los miembros del GIEI, como yo, levantamos testimonios en los mismos meses en Ayotzinapa y en Iguala. Quizá por eso las versiones encajan y son tan similares. Pero en esencia prevalece una hipótesis confirmada cada vez más: el Ejército mexicano y las policías actuaron esa noche con violencia bárbara para emboscar a los estudiantes y proteger los intereses del crimen organizado.

- Durante tus meses en la Normal entablaste vínculo y un compromiso muy fuerte con los familiares y los compañeros de los 43 estudiantes desaparecidos que mantienes hasta el día de hoy: ¿cómo se sienten a dos años de las desapariciones?  ¿cómo afrontan su lucha y su búsqueda de verdad y justicia ante un Estado que no deja de poner obstáculos; por ejemplo, no dejando investigar en la base militar desde la que, como cuentas en tu libro, se envió la última señal de geolocalización del teléfono de uno de los desaparecidos?

Muchos de los hijos, las madres, los padres y hermanos de los 43 desaparecidos son ya parte de mi familia. Las familias de Ayotzinapa jamás eligieron este tipo de vida. El gobierno mexicano les robó sus vidas. Ya no pueden tener otro tipo de vida que no sea la búsqueda de sus hijos a costa de todo: han perdido sus tierras, su ganado, sus cosechas, su salud en estos dos años. Me parece que no hay un instrumento de terrorismo de Estado más cruel y más duradero que el de la desaparición forzada, una especie de cáncer en el tejido social que es imposible de sanar. Las puertas de las instituciones y los cuarteles están cerradas a cal y canto en todo lo que tenga que ver con el caso Ayotzinapa. La iniciativa de reforma para volver legales las labores policiales del Ejército, así como la creación de una Fiscalía General a modo para Raúl Cervantes, cercano de Peña Nieto, demuestran el miedo del gobierno mexicano a que la verdad sobre Ayotzinapa sea conocida.

Las familias se han topado con una pared de cinismo y corrupción ignominiosas. Sus ánimos y su salud están mermados; y, sin embargo, no deja de sorprender que cada mañana saquen fuerzas renovadas para salir por todo el país a darnos un ejemplo de lucha y de dignidad. La prueba de su tesón y de su incorruptibilidad es que seguimos aquí, hoy, hablando de Ayotzinapa a más de 27 meses.

- ¿Cómo entiendes la relación entre literatura y compromiso político? ¿Sientes que a lo largo de tu obra ha habido una evolución en la manera concebir la relación entre política y literatura?

No hay literatura que no sea política. Incluso la que finge desmarcarse a nivel anecdótico de todo tema social: novelas “solipsistas” o sobre “el vacío” y “la nada” y “la imposibilidad de escribir”… Los autores de mi generación que se asumen como “apolíticos” no pueden jugar ya a ser inocentes ni a refugiarse en el cinismo y el sarcasmo frente al panorama que transita México; tampoco pueden pedir no ser juzgados por la crítica como comparsa de este gobierno y sus instituciones podridas al momento en que deciden participar de sus políticas culturales o simplemente guardar silencio. México atraviesa un momento crítico en que es necesario tomar posturas claras y no andarse con medias tintas.

Me gusta pensar en mi obra como un archipiélago en constante proceso de construcción. Mi primera novela, en efecto, es una novela con un tema “político”. Lo mismo Teoría de las catástrofes, cuyo contexto es el movimiento popular del 2006 en Oaxaca para destituir a un gobierno criminal encabezado por el PRI. Supongo que autores mexicanos como los antologados en el libro oficial del gobierno México 20 tienen vidas privadas interesantísimas; yo no: yo prefiero hablar sobre mi comunidad, sobre los abusos que enfrenta ante la violencia de un Estado criminal. Ésa es la tónica de la mayoría de mis libros. Por lo tanto, trato de actuar en mi vida cotidiana en consecuencia.

- Te has definido como anarquista y has escrito también sobre ello, ¿cómo llegaste a esa convicción? ¿Qué significa para ti el anarquismo?

Todo pensamiento libertario, en esencia, implica la oposición a todo régimen basado en la autoridad. La Colonia. El Patriarcado. El Estado. Son conceptos que engloban ese sistema de autoridad que ha sometido y marginado a millones de personas durante siglos. Mujeres. Indígenas. Pobres. LGTB+. Etcétera. Incluso, el supuesto sistema democrático al que transitó México en el 2000 después de décadas de la dictadura perfecta del PRI ha demostrado ser fallido: el país ha quedado secuestrado por un sistema partidocrático amafiado. Las urnas son ya también inútiles. El pensamiento libertario incita a organizarse desde abajo, fuera de esas instituciones, y a luchar. Mi experiencia en Ayotzinapa reafirmó muchas de esas convicciones, pues pudimos llevar muchas de esas ideas a la práctica.

Siento que tu libro está próximo al trabajo que realiza la nobel bielorrusa Svetlana Alexiévich, ¿consideras que narrar la historia desde la perspectiva y la experiencia personal de sus testigos y protagonistas permite al público crear una conexión más fuerte y emotiva con esos acontecimientos y, en consecuencia, una memoria histórica más sólida? ¿cómo construir memoria histórica desde la literatura y el arte en general?

Leí a Alexiévich durante el proceso de escritura de mi libro. Te mentiría si dijera que la conocía desde antes, pues escaseaban sus traducciones. Tenía más en mente libros como A sangre fría de Capote o perfiles y crónicas de Gay Talese y del nuevo periodismo latinoamericano, con el que me siento muy cercano. Sin embargo, poco a poco me fui dando cuenta de que la forma en que trabaja Alexiévich es, en términos empíricos, bastante similar a lo que hice para el mío: su trabajo está basado cien por ciento en la empatía, está basado en la confianza con sus interlocutores. No puedes concebir esos testimonios estremecedores de las víctimas de Chernóbil sin todo el proceso de empatía y de vínculos afectivos que hay detrás para que te los brinden. Son meses, años de sentarte a compartir la mesa con las víctimas, ponerte en su lugar, asumir ese dolor también como tu dolor. Y, sólo entonces, después de meses de haberlo vivido y padecido, sentarte por fin a escribir. No es una exageración cuando digo que, a dos años de su desaparición, siento un gran vacío, siento todos los días la pérdida de los hijos de mis amigos. Muchas veces, desde que me mudé a Ayotzinapa, sueño con ellos.

Pero tampoco soy ingenuo. Sé que la literatura no cambiará al mundo. Sin embargo, este tipo de testimonios y de trabajo codo a codo con las víctimas del poder y de su violencia, creo volverá un poco más empáticos a los lectores. Quién sabe. Quizá este tipo de ejercicios logre hacer actuar a la gente para realizar acciones que modifiquen finalmente al país. Para bien.

[Tomado de https://culturafeten.com/2017/01/08/tryno-maldonado-no-hay-un-instrumento-de-terrorismo-de-estado-mas-cruel-y-mas-duradero-que-la-desaparicion-forzada.]


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.

Ser gobernado es...

Charla: El Anarquismo en América Latina

Seguidores

Etiquetas

@kRata (comic) `Sabino Romero 10deLuluncoto 18 años El Libertario 1º de Mayo 27 de febrero 4 de febrero Aana Wainjirawa abajo los muros de las prisiones Abdicación del rey de España abolicionismo Aborto abstencion Abstención abstención electoral abuso militar en Venezuela abuso policial abuso sexual niños Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat acampada Acampadas acción directa anarquista Acción Directa Autogestiva Accion directa no violenta Acción Ecológica Acción Libertaria actividades activismo actualidad del anarquismo Acuerdo Venezuela China adecos chavistas agresiones en Venezuela agresiones a sindicalistas en Venezuela agroecología Agustín García Calvo Alan Furth Alan Moore Albert Camus Alberto Acosta Alcedo Mora Alejandro Álvarez Alentuy Alexander Luzardo Alfonso "el Set@" Alfredo Bonanno Alfredo Vallota Alí Moshiri Alí Primera Alí Rodríguez Araque alternativa Alternativa Antimilitarista Alto costo de la vida Alvaro García Linera Amador Fernández-Savater América Latina Américo Alejandro Balbuena Aministía Internacional Amnistía Internacional Amnistía Internacional Venezuela Amor amor libre Amor y Rabia análisis análisis anarquista sobre Venezuela análisis asamblea nacional análisis conflicto con Colombia análisis de izquierda Venezuela análisis de la revolución bolivariana análisis económico análisis reformas en Cuba análisis sobre Venezuela anarchico anarchism anarchism kurdistan anarchism venezuela anarcofeminismo anarcopunk venezuela anarquismo a la venezolana anarquismo básico anarquismo caracas Anarquismo en América Latina anarquismo en Argentina anarquismo en barquisimeto anarquismo en Francia Anarquismo en México anarquismo en Perú anarquismo en rusia anarquismo en Uruguay Anarquismo en Venezuela Anarquismo es movimiento anarquismo hoy anarquismo ilegalista Anarquismo social anarquismo suiza anarquismo venezuela anarquismo vs. Estado anarquismo y cárceles anarquismo y comunicación anarquismo y derecho anarquismo y ecología anarquismo y educación anarquismo y literatura anarquismo y luchas sociales anarquismo y marxismo anarquismo y nacionalismo anarquismo y planificación urbana Anarquismo y política Anarquismo y Postestructuralismo anarquismo y religión anarquismo y violencia anarquismo zulia anarquistas anarquistas caracas Anarquistas contra el muro anarquistas de Alemania anarquistas de Brasil anarquistas de Chile anarquistas de Cuba anarquistas de México Anarquistas de Temuco anarquistas de Turquía anarquistas en Bolivia anarquistas en Colombia anarquistas en Costa Rica anarquistas en Cuba anarquistas en El Salvador anarquistas en Paraguay anarquistas en Venezuela anarquistas presos anarquistas solidarios con los yukpa anarquistas ucv anarquistas y prisiones Andreas Speck Ángel Cappelletti anonymous venezuela antiimperialismo antimilitarismo antimilitarismo anarquista Antonio Ledezma Antonio Pasquali Antonio Serrano antropología Antulio Rosales Anzoátegui apagones apoyo a El Libertario apoyo internacional al chavismo apoyo internacional al madurismo APPO Archivo Histórico del Anarquismo en Venezuela armamentismo Armando Chaguaceda Armando Guerra Armando Investiga Armando la Resistencia arte callejero arte y anarquismo artistas asesinato de estudiantes asesinatos de manifestantes Asier Guridi Asilo y refugio ataques contra defensores de derechos humanos ataques contra defensores de derechos humanos en Venezuela ataques contra el movimiento anarquista ataques contra el movimiento popular en Venezuela ataques libertad de expresión autodefensa autogestion autogestión Autonomía autonomía de los movimientos sociales autonomía universitaria autoritarismo burocratico en Cuba Barquisimeto Bernhard Heidbreder biblioteca anarquista bicentenario bakunin bicicletas biciescuela urbana bienes comunes brutalidad policial Buenaventura Durruti Buenos Aires calentamiento global Cambiar el mundo sin tomar el poder Cambio Climático cambio social Campaña contra la Criminalización del Anarquismo capitalismo y medio ambiente caracas Carlos Crespo Carlos Crespo Flores Carmen García Guadilla Casa de la Mujer "Juana la Avanzadora" de Maracay Casa de la Mujer Juana la Avanzadora de Maracay Centro de Derechos Humanos UCAB chavismo y religiosidad popular chile ciberactivismo ciclismo urbano ciclo guerrilla urbana ciencia y tecnología en Venezuela Civetchi CNT Coalicion Anarquista y Libertaria de Porto Alegre Coalición Venezolana de Organizaciones LGBTI Colombia comercio de armas comic comics comida vegetariana Comitê Popular da Copa 2014 Comites de Defensa de la Revolución compra de armas concretera caracas concretera de chuao Concretera la carlota conflicto universitario conflicto yukpa consecuencias ambientales explotación petrolera en Venezuela contaminación ambiental contaminación PDVSA Cooperativismo cooptación de movimientos sociales cooptación medios alternativos Venezuela CORPOELEC Correo A coyuntura mexicana 2012 coyuntura venezolana 2010 coyuntura venezolana 2012 coyuntura venezolana 2013 coyuntura venezolana 2014 coyuntura venezolana 2015 coyuntura venezolana 2016 criminalización de la protesta en Colombia criminalización de la protesta en Venezuela Criminalización de los pueblos indígenas crisis agropecuaria en Venezuela crisis económica en Venezuela crisis economica venezuela crítica anarquista al marxismo crítica de izquierda al chavismo críticas de izquierda al madurismo críticas revolucionarias a Rafael Ramírez Cuba Libertaria Cuba Libertaria 22 Daniel Ortega Daniel Pinos deforestación delimitación de tierras indígenas demarcación de territorios indígenas demarcación de tierras en Venezuela deporte y anarquia deporte y capitalismo derecho a la manifestación derecho a la protesta desabastecimiento desaparecidos en Argentina desaparecidos en México desaparecidos en Venezuela desarrollo científico-tecnológico desencanto en el chavismo despidos injustificados detenciones difusión anarquista Douglas Bravo ecologismo ecologismo en Venezuela economía educación en Venezuela Ejército Venezolano Eliseo Reclus Emma Goldman endeudamiento Enfermedad Hugo Chávez equidad de género en Venezuela Erick Benítez Escritos de Domingo Alberto Rangel Espacio Público Estado y corrupción en Venezuela Estado y economía en Venezuela Esteban Emilio Mosonyi ética y práctica médica Europa Eva Golinger Evo Morales extractivismo EZLN falso socialismo Fanzine Exilio Interior FARC fascismo Federación Anarquista Centroamericana y Caribeña Federación Anarquista Centroamericana y del Caribe Federación Anarquista de México Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) Felipe Pérez Martí Feria del libro anarquista Feria del Libro Independiente y Autogestionario Ferrominera Ferrominera Orinoco FIFA Filosofía Filosofía en la Ciudad Francisco Flaco Prada Frente Clasista Argimiro Gabaldón futbol brasil Gadafi Galsic Género Genocidio GLBIT Global Voices globalizacion en Venezuela golpe de Estado en Venezuela Grupo de Estudio y Trabajo Jesús Alberto Márquez Finol Guardia Nacional Bolivariana Guardianas de Chávez Gustavo Godoy Gustavo Rodríguez hacktivismo Heinz Dieterich Henrique Capriles hiperinflación Historia de Venezuela historia del anarquismo homicidios Homofobia Humano Derecho Humberto Decarli Humberto Márquez Humor ilustraciones imágen El Libertario indigenas ecuador indígenas en Argentina indígenas en Bolivia indígenas en Brasil indígenas en México indígenas en Perú indigenas en venezuela indígenas en Venezuela indígenas presos en Venezuela Indígenas Venezuela indìgenas y revolución bolivariana individualismo y anarquismo industria forestal en Chile industria petrolera inflación en Venezuela informática libertaria Informe situación indígenas en Venezuela Inseguridad Ciudadana en Venezuela Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela Irak Iris Varela Isbel Díaz Torres Israel izquierda antiautoritaria en Cuba izquierda antichavista izquierda en Venezuela James C. Scott Javier Gárate John Holloway Jorell Meléndez Jorge Videla jornadas de diversidad sexual Jornadas Magonistas Jose Manuel Delmoral Jose María Korta José María Korta José Quintero Weir José Rafael López Padrino Juan Carlos La Rosa la Justicia y los Derechos Humanos Laura Vicente LEEME CARACAS legado del chavismo Lexys Rendón Ley Antiterrorista Liber Forti Líber Forti liberacion animal liberación animal liberación humana libertad a los presos anarquistas libertad Bernhard Heidbreder libertad de expresión libertad de expresión en Venezuela libertad para detenidos en Lulea los Salarios y los Sindicatos lucha indígena en Colombia lucha indígena en Venezuela lucha revolucionaria lucha socio-ambiental luchas ambientales Venezuela luchas de los pueblos indígenas luchas de los trabajadores luchas de los trabajadores Venezuela luchas de mujeres luchas estudiantiles luchas indígenas en Venezuela luchas obreras luchas populares en Venezuela luciano pitronello Luis Carlos Díaz Luis Fuenmayor Toro Luis Rafael Escobar Ugas Luis Reyes Reyes Madres de Plaza de Mayo Madrid madurismo maestros manifestaciones manifestaciones en Venezuela manipulación mediática manipulación religiosa Manuales Manuel Castells Marc Saint-Upéry Marcela Masperó Marea Socialista María Esperanza Hermida Mario Antonio López mario gonzalez masa crítica Masacre de Cantaura Masacre de El Amparo Masacre de Haximú Masacre de Loma de León Masacre de Monte Oscuro masacre de San Vicente Masacre de Uribana medio ambiente medios comunitarios y alternativos de Venezuela medios de transporte alternativos megaminería Mercosur Mérida Mijaíl Martínez minería mineria en Venezuela minería en Venezuela Misiones Sociales MOC movilizacion en la planta muerte de neonatos en Venezuela mujeres anarquistas Mujeres Libres Mundial de Fútbol 2014 narcotráfico neoliberalismo Nicaragua nicolas maduro Nicolás Maduro Niñas y Adolescentes no a la concretera no a la extradicion de Bernhard Heidbreder no a las corridas de toros Nu-Sol objeción de conciencia Observatorio Venezolano de Conflictividad Social Occupy Wall Street Octavio Alberola organizacion nelson garrido Organización Nelson Garrido Origen de las Fuerzas Armadas en Venezuela Orlando Chirino Pablo Hernández Parra Paquete económico paramilitarismo paro universitario Parque Verde La Carlota patriarcado patriotismo Pedro Pablo Peñaloza Pelao Carvallo pelea de almohadas periódico anarquista Periódico Apoyo Mutuo periodico Bandera Negra periódico CNT Periódico El Amanecer Periódico El Libertario periódicos petróleo venezolano Picnic urbano poder y política en Latinoamérica poder y política en Venezuela poesía libertaria polarización en Venezuela Policía Nacional Bolivariana policías corruptos en Venezuela práctica anarquista prensa anarquista preso anarquista presos anarquistas presos políticos en Venezuela prision venezuela prisiones en venezuela proceso bolivariano producción agrícola protesta creativa protesta pacífica protestas contra el Mundial 2014 protestas en venezuela proyecto de reforma de la Ley de Conscripción y Alistamiento Militar pueblos originarios pugnas internas del chavismo Punk Latinoamericano punk veneziuela Quiteria Franco Rafael Ramírez Rafael Uzcátegui Raisa Urribarri Ramón Álvarez Ramón Carrizales Ramón Rodríguez Chacín Raúl Zibechi rebelion en venezuela recursos Red Latinoamericana Antimilitarista red Observatorio Crítico Red por los Derechos Humanos de Niños Red Protagónica Observatorio Crítico (OC) de la Revolución Cubana Regeneración Radio relaciones Cuba-EE.UU. relaciones de Venezuela con China relaciones de Venezuela con Colombia relaciones de Venezuela con Cuba relaciones de Venezuela con U$A relaciones entre la banca y chávez represión represión antianarquista represión en Colombia Represión en Cuba represion en Venezuela represión en Venezuela represión policial represion policial en Venezuela Repsol YPF resistencia indígena resistencia venezuela revista AL MARGEN revolución bolivariana Revolución ciudadana robert serra Roberto Yépez Rodolfo Montes de Oca Rodolfo Rico Roger Cordero Lara Rubén González Rubèn González Rusia Sacudón salario en venezuela salario mínimo en Venezuela San Cristóbal sanciones sancocho Santiago de Chile secuestro seguridad industrial semana pro presos anarquistas 2014 Servicio Militar Obligatorio sexismo sexualidad libre sicariato Sidor Sierra de Perijá Simón Rodríguez Porras sindicalismo situación agraria latinoamericana situación de la salud situación de los trabajadores en Venezuela situación del periodismo en Venezuela situación del sindicalismo en Argentina situación del sindicalismo en Venezuela situación político-social en Brasil situación político-social en la península ibérica situación político-social mexicana situación venezolana situation in Venezuela 2014 soberanía alimentaria en Venezuela Soberanía energética bolivariana Sociedad Homo et Natura Sociedad Homoetnatura Sofía Comuniello Sofía Esteves software libre solidaridad con Cuba Subcomandante Marcos Taller Libertario Alfredo López Tamoa Calzadilla Tarek William Saab tercerización en Venezuela terrorismo terrorismo cotidiano terrorismo de Estado en Colombia Testimonio represión Testimonios de la revolución cubana Todo por Hacer toma yukpa del TSJ Tomás Ibáñez torturas en Venezuela totalitarismo Trabajadores de la Chrysler trabajadores del Estado trabajadores en Argentina Transexuales Transfobia Transformando información en acción transición transnacionales chinas Transparencia Venezuela Transportes Camila Trasnacionales Tribunal Supremo de Justicia turquia Turquía tweets anarquistas Twitter UBV UCV ULA UNETE UNEY universidad central de venezuela Uribana Uruguay utopía Valles del Tuy Vaticano vegetarianismo Venevisión venezuela Venezuela bolivariana Venezuela protests in February 2014 Víctor Muñoz vidas anarquistas viento sin fronteras vigilia frente al TSJ violaciones a los derechos humanos violencia contra la mujer violencia contra niños Vivienda Vladimir Aguilar Williams Sanguino Wladimir Pérez Yaracuy Yendri Sánchez Zaida García Zapatistas Zara zona temporalmente autónoma Zulia